miércoles, 24 de abril de 2013

SIMÓN EL BOBITO


Simón el bobito llamò al pastelero:
 "¡a ver los pasteles que los quiero probar!"
"Si –repuso el otro- pero antes quiero ver 
ese cuartillo con que has de pagar"
Buscó en los bolsillos el buen simoncito y dijo
 "!De veras!, no tengo ni unito".
A Simón el bobito le gusta el pescado y 
quiere volverse también pescador y 
pasa las horas sentado, sentado, pescando en 
el balde de mamá Leonor.
Hizo simoncito un pastel de nieve y a asar en las 
brasas hambriento lo echó, pero el pastelito 
se deshizo en breve, apagó las brasas, y nada comió.
Simón vió unos cardos cargando ciruelas y dijo:
 "!Qué bueno, las voy a coger¡", pero peor que agujas 
y puntas de espuelas le hicieron brincar, silvar y morder.
Se lavó con negro de embolar zapatos, 
porque su mamita no le dio jabón, 
y cuando cazaban ratones los gatos
 espantaba al gato gritando: "ratón"
Ordeñando un día la vaca pintada 
le apretó la cola en vez del pezón, 
y ¡aquí de la vaca¡, le dio tal patada, 
que como un trompito bailó don simón 
y cayó montado sobre la ternera, y doña ternera 
se enojó también, y ahí va otro brinco y otra pateadera 
y dos revolcadas en un santiamén
Se montó en un burro que halló en el mercado
 y a cazar venados alegre partió. 
Voló por las calles sin ver un venado, 
rodó por las piedras y el asno se huyó.

Copyright © Juan Pablo Rojas

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